Cuando se sale a la puerta, nos podemos dar de bruces con las murallas del Castillo que desde la calle La Tela nos acompañan por la acera, dando forma al recinto amurallado de la ciudad que ya no dejaré hasta acabar el recorrido.
A unos pocos metros del edificio, como su nombre indica, se extiende el “Llano de Santa Marina,” una calle amplia que antes de dar paso a la Plaza de Palacio, se encuentra la entrada a la c/Casas de Carmona a su izquierda y al fondo la c/Coro con un lugar entrañable como es el Albergue.
Yo me dirijo hacia la derecha por las murallas, entrando en la Plaza de Palacio donde se encuentra mi parroquia. La iglesia convento de Madre de Dios. Una Plaza que en la actualidad, se ha realizado con gran acierto una labor en su reconstrucción, en su subsuelo se ubica un aparcamiento y sobre él una inmensa plaza diáfana, en lo mas elevado del pueblo, con un lado en forma de mirador donde se puede contemplar el desarrollo que ha tenido el pueblo, sus campos, olivos y campiña asta que la vista se nos pierde en el horizonte y en el fondo la escalinata de la entrada al Castillo de los Duques de Baena como si de un escenario se tratara en el se pueden realizar obras de teatro y recitales con un natural adorno, introduciendo al espectador en la época del renacimiento, un marco medieval incomparable para la realización de una película de la época.
En el lado opuesto de la Plaza la reja da paso a los jardines y estos al pórtico de la Iglesia conventual de Madre de Dios. Iglesia que pertenece al convento y desde el término de la Guerra Civil se convertiría en Parroquia
¿Cuántas veces jugué en esta plaza antaño de tierra y en los jardines de la iglesia? Mi deseo se expresa, en forma de verso hacia ese recuerdo imborrable de mi juventud.
“Yo quiero recordarte siempre así
Tal como por primera vez te conocí
Parte del gentío y tan lejos de la gente
Y tu imagen en mi mente se clavo”
En mi paseo, sin darme apenas cuenta, con tantos recuerdos por canalizar con tantos sentimientos acumulados, por la gran cuesta que he recorrido, al encontrarme en lo más alto del pueblo, el clima ha descendido y el viento acaricia mi rostro. Yo lo agradezco pues la temperatura empieza a subir, dando paso a un extraño día del mes de Agosto, el cielo se encuentra cubierto de nubes, yo lo agradezco pues para ser el mes del calor, encontrar un día así de apacible que te invita a pasear por sus estrechas callejas, a renacer esos viejos recuerdos y a recordar algunas historias vividas en ellas, es difícil que se presente en esta época. Estoy en el Barrio de la Al Medina, me dirijo a la calle Coro, para contemplar desde sus almenas el Peñón de San Marcos, al fondo el Barrio del Corralaz y senda Ancha y poder divisar el cauce del arroyo Marbella, observar sus huertos y paisajes enmarcados en las pupilas de mis ojos y compararlos en mi imaginación con su historia Musulmana como vivirían sus gentes, abro mi mente y me transporto montándome sobre las alas del tiempo en el mar de los recuerdos y escribo
“Yo quiero recordarte siempre así
Con tus alas transparentes volabas sobre mí
Y movías con tu recuerdo inocente
El aire sobre mi frente”
Y poder ver e imaginar la evolución que ha sufrido, tras el paso de los años y poder confirmar y observar con gran alegría y orgullo, el remozamiento de sus viviendas y fachadas la rehabilitación de sus casas y pavimentos de todo su entorno.Una satisfacción de placer extrémese mi cuerpo al pasear por la zona del casco antiguo del Barrio Al Medina, pienso que incluso la mirada de la gente es distinta su semblante diferente al que yo conocí. Cuando recorría sus rincones de basura acumulada sus fachadas medio derruidas por el abandono y la falta de limpieza de sus murallas y almenas.
En esos años que la dictadura nos tenia inmersos en la pobreza y el abandono. En los últimos años 60 y primeros de los 70. En esa época había más necesidad, más miseria sus calles de tierra, el alumbrado brillaba por su ausencia y las familias mas humildes del pueblo vivían en sus casas, todo escaseaba, fue época de fuerte emigración, por ello muchas de sus casas se encontraban medio caídas y abandonadas. Todo ha cambiado casas que mas parecen mansiones, viviendas extraordinarias por su belleza y calidad por la rehabilitación de su entorno de sus paisajes. Rincones que te hacen reflexionar y lugares que al recorrerlos me relajan y me transportan, es extraordinario poder descubrirlos.
Ese corredor de madera puesto en lo alto del albergue y visto desde el fondo de su escalinata, después de salir del Arco Oscuro, una de las puertas de la ciudad hacia las laeras y Barrio del Corralaz.
O seguir por sus Almenas en dirección a la Torre el Sol. Se acerca la hora del medio día y el astro rey se encuentra en su cúspide, el calor en esta fecha agobia... Decido aplazar mi recorrido para la hora mágica del amanecer.
El reflector de mi memoria se apaga y los recuerdos dan paso a unos versos dedicados a la memoria de un ciudadano corriente y sacado del baúl de mis recuerdos.