“Hace algún tiempo que no te miraba con la misma intensidad,
no sé donde he podido estar todo este tiempo.
Aunque parece que han pasado los siglos,
creo que ha valido la pena volverte a mirar…
sigues siendo tan linda como entonces.
Con tu mirada de Sol, iluminas la oscuridad…
tan agradable que regalas no solo tu luz sino tu calor.
Que felicidad al coger mi lápiz y abrir mi cuaderno,
poder escribir tu nombre, seguir tallando tu imagen lentamente,
sin prisa, fijándome en cada uno de tus detalles…
Tu… tu cuerpo con cada una de sus curvas…
tu abrigo…tu… tu falda… tu... tu pelo…
Como el escultor voy tallando tu figura,
con el paso del tiempo,
los grises se acentúan en el martilleo de los contornos.
Igual que el pintor llena su paleta de grises…
Cambiando mis hojas caídas por lienzos…
y las palabras por versos.
pero mi ausencia siempre tuvo un propósito un sentido,
Encontrarme en ti...
Ahora no tengo prisa, tengo tiempo,
calma suficiente para fijarme en ti,
a pesar de llevar 30 años casados y tanto tiempo a tu lado…
hace algún tiempo y cada día te sigo encontrando entre mi lápiz y mi papel”.