Este relato merece un
tratamiento algo particular. El agradecimiento es un momento especial.
Que a la ciudad de
Oviedo, quiero dedicar. A su gente, al día a día de su pasear. Existen
ocasiones en las que agradecer. Es lo mínimo que podemos hacer Por alguien que
se ha prodigado con nosotros. Con su
educación, su cultura, su amistad. Un bonito agradecimiento escrito es lo que
mejor se me da.
Es siempre algo
importante para quien lo recibe. A veces basta con escribir solamente gracias,
Pero no se debe ser avaro en palabras al
expresar este sentimiento, ya que los motivos que nos llevan a agradecer algo
son muchísimos.
En las relaciones humanas
siempre es preferible algunas palabras de más que algunas palabras de menos. Lo que quiero decir es que por el momento me
salgo de la burbuja de blog. Eso sí... siempre os recordaré como si os
conociera de siempre. Aunque mi etapa
por las calles de tu ciudad es relativamente efímera. Si ha sido muy intensa
comparativamente.
Llevo seis años paseando
por las calles del Antiguo de Oviedo, paladeando su ambiente, su limpieza, su
cultura y como no, su forma de hablar.
Su expresión tan particular del ¡oh! Final.
Pueblo Asturiano que con
ese orgullo tan particular, con esa ironía en tus bromas, que en algunas ocasiones,
se convierte en sarcasmo, muy atento hay que estar para saberte escuchar y tu
humor separar con la seriedad de tu hablar.